la aduana neozelandesa
llegamos tan tranquilos (harticos de avión) a nueva zelanda. perros en el aeropuerto (sólo los había visto en australia), gente que no se cae de cabeza y un verano falso nos encontramos al llegar.
eso sí, desde el avión nos bombardean con que es una isla, es un entorno natural privilegiado (cuánta razón tienen... pero eso lo descubriría por mí mismo más tarde), que hay que preservarla, que flora y fauna, que autóctona, que cárcel al que contamine o introduzca... en fin, que a declarar el salchichón y el chorizo ibéricos que llevaba para koki y borja.
y me dicen que no peudo meterlos porque los cerdos son españoles y no australianos, que si fuesen australianos podría. ay, amigo, le dije yo a un tipo que me sacaba una cabeza y me sonreía como si fuese su hijo, si fuesen australianos los cerdos no vendría cargando 20.000 kilómetro con estas dos joyas.
y gentilemnte se ofreció a custidiármelos durante 12 días por el módico precio de 10 euros. pensaba luego recueprarlos, comerlos en el aeropuerto antes de ir a fiji y disfrutar de los manjares.
pero cuando llegamos de christchurch de nuevo a auckland, me dicen que me dan los embutidos pero me acompañana a ver cómo los facturo. entonces, claro está, me los quitarán en fiji y allí no tienen su gentileza ni lso guardarán y custodiarán... así que le intento a explicar a la mujer que me atendió ahora, tan bajita y regordeta como simpática, que esos "salamis", como ella los llama, no pueden perderse en la aduana de fiji, que si em ahce el favor de guardármelos otros 11 días hasta que vuelva y me los llevo back to spain. y me dijo que no problem, me arregló los papeles para que pudiese reocgerlos y me dijo que debían ser exquisitos. ay, señora, porque están al vacío, que si no, le doy un cachito pa que lo pruebe, aunque sea sin pan y cruzcampo. no debió entender muy bien lo del pan y cruzcampo, porque me miró rara.
y claro, a la vuelta de fiji, las maletas llenas, más llenas con las cremas pure fiji (se compran en el aeropuerto de nadi y hay que facturarlas en el siguiente vuelo, lo advierten por todos lados en fiji) y a apretar más aún para meter los salchichones. la gota de sudor que me caía no era ni normal. la gente lo flipaba un poco con ese español raro, alto y descalzo empeñado en meter 23 litros en una mochila de 20; y el tipo que me atendió esta 3ª vez me miraba como a un marciano. creo que pensaba que no hay salami en el mundo que merezca eso. efectivamente, no hay salami en el mundo que lo merezca, pero esto no es un salami... ¿cómo explicar que big sausage es un salchichón y que no tiene nada que ver con un salami? ¿y cómo explicamos las delicias de la palabra ibérico, si ya se paladea al pronunciarla?
así que, aquí tengo los embutidos más viajeros del mundo. unos 40.000 kilómetros, no está nada mal.
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