ha pasado
pues eso, que ha pasado lo que algún día tenía que pasar. he tenido una hija. to-co-tó.
se llama maría y no hace más que dormir y comer (menos mal, porque la cantidad de veces que me han dicho que no iba a dormir y yo decía que sí... por cierto, espero que le dure la racha).
ha sido una pasada. lo siento infinito por la madre, que tras pasar 26 horas con contracciones (7-8 de ellas realmente horribles), lo intentan con la ventosa, sale de cara y tienen que hacer cesárea, es decir, que se podía haber ahorrado unas veintipico horas de contracciones, especialmente las más dolorosas.
varias vueltas, subir a planta, bajar a monitores, ir a dilatación, volver a monitores... un millón de dudas, pero una cosa seria: venía en pocas horas.
y así ha sido. espectacular. cuando se han llevado a la madre al postoperatorio, me han dejado a la niña. estábamos ella, yo y nadie más. así durante unos tres cuartos de hora. o eso me han dicho luego porque me han parecido unos 5 minutos escasos. me he quedado mirándola, tocándole las manos, la espalda, la cara, la barriga, los pies... y nada más. le he dicho cuatro tonterías que, por suerte, no recordará y poco más. pero han sido 45 minutos increíbles.
luego hemos subido a planta, la familia lo ah celebrado, los whatsapp han volado, las llamadas han llegado... y como la madre no podía comer, me he tomado su plato de lentejas (regu), su bacalao a la portuguesa (mala pinta, muy buen sabor) y su naranja (dulce, rica). y la gente se ha ido a comer. y noemí se ha quedado mirando a la niña. y mi cuerpo se ha negado a seguir despierto tras mirar a maría otro rato; recordemos que llevaba más de 30 horas con un total de una hora y media de sueño en el suelo de la sala de dilatación, 15 minutos en una silla de planta, varios períodos de menos de 8 minutos (entre contracción y contracción) sentado en una silla y ya está. así que me he dormido una hora y media en un sillón de la habitación. la madre, con dos narices, se ha quedado mirando a la niña todo ese tiempo (en serio, es embobante). y luego la he cambiado (meconio, una de las cosas más desagradables del mundo entero), ha mamado y se ha echado a dormir. la niña ha salido al padre. se ha quedado dormida unas 4 horas y media. jugábamos con ella, la cogíamos, la enchufábamos a la teta infructuosamente... sólo quería dormir. luego la he cambiado (más meconio, es que eso no se acaba nunca?), ha dormido otro rato largo, ha mamado unos 5 minutillos y se ha vuelto a dormir. para terminar, la he cambiado (sí, parece ser infinito el meconio este) y se ha dormido otra vez.
en su primer día de vida ha batido su propio récord de dormir (unas 6 horas durmiendo en sus 8 primeras horas de vida) y su propio récord de llorar (unos 15 segundos seguidos). por favor, que siga así o, si no puede ser, que duerma algo menos. pero que no cambie lo de llorar.
y claro, estoy tan contento.
0 Comments:
Enviar um comentário
<< Home