normas de seguridad aéreas
iba yo dispuesto a embarcar y le digo a andrea: "toma el desodorante y la pasta de dientes que esta gente de los aviones son muy suyos y como tu maleta sí va a ser facturada, así nos quitamos problemas".
el champú pensaba que lo había olvidado así que, cuando pasé por los rayos equis, me preguntaron si llevaba algún bote. al mismo tiempo que lo negaba, me dio por mirar qué podía ser. efectivamente, me habían pillado el champú. tuve que dejarlo allí y lo tiraron.
la cara del funcionario era como si dijese: "manda webos la chorrada de que el chaval este tenga que tirar el champú".
y a la vuelta no tenía ningún bote, así que no me dijeron nada. llego a madrid y resulta que no encontraba los cascos, así que vacié la mochila para ver si los encontraba. lo que vi me hizo dudar (y mucho) de la eficacia de las vigilancias en los aviones: llevaba una botella de agua llena con un tercio de litro de agua, pero podía haber sido veneno. y lo mejor llega ahora: tenía unas tijeras de más de 10 cm. de hoja, un cuchillo que siempre llevo conmigo (nunca sabes cuándo te pueden ofrecer un paté y un trozo de pan...) y un cutter.
sí señor, el champú es un arma más que suficiente para secuestrar un avión pero unas tijeras, un cutter y un cuchillo son menudencias sin importancia. lo mismo la próxima vez llevo una pistola y me dan la enhorabuena...
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