más sin nombre
cuando consigo que me hagan sitio en un vuelo que se suponía que estaba lleno, no caigo en la cuenta de mirar mi billete. cuando embarco en el aeropuerto de delhi, no caigo en la cuenta de mirar mi tarjeta de embarque. cuando entro en el avión presupongo (demasiado rápido, para variar) que como a mi lado hay un chino, mi vuelo va a shanghai. así que ahí llega mi calma y yo, ufano por haber arreglado un problema, me hecho a dormir plácidamente (o al menos todo lo plácidamente que se puede dormir en la clase turista de air india)
y de pronto me despierto porque estamos aterrizando. se me han hecho cortísimas las 6 horas de delhi a shanghai... mejor. miro por la ventanilla y el paisaje y el aeropuerto me resultan extrañamente familiares.
y de pronto avisan de que ya hemos llegado... a bangkok!!! entonces pregunto a todo el mundo, miro mi tarjeta de embarque... sí, vamos a shanghai, pero había una parada intermedia que a nadie le había apetecido mencionarme. ççvaya susto me llevé. por suerte, llegué luego a shanghai. por desgracia, no pude coger el maglev, el tren magnético que pilla los 450 km/h. lo cogeré mañana por la mañana para ir al aeropuerto.
ya me parecía a mí que llevaba 2 semanas sin fallos en los vuelos y eso era muy raro. trato de concienciarme de que no debe pasar más... pero pasa. necesito un cambio en ese aspecto.
desde la planta 20 del 599 de linjing lu, se despide el señol javiel.
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