de las profundidades a las cumbres

hay muchas dudas entre la gente que me conoce sobre si me quedaré en valverde o volveré a buscar algo por ahí.

pues no, yo, cuando lo decidí, allá por febrero, pensaba que sería definitivo. que me asentaría en valverde y que me quedaría. y hoy ha empezado siendo uno de esos días en los que quiero irme y ha acabado siendo de los que me mudo aquí de todas todas.

al principio de la mañana dos señoras se enfadan conmigo porque el médico les receta un medicamento por principio activo y ellas no quieren un genérico. claro, el otro vale un 40% más, que ellas estaban dispuestas a sumir como válido el hecho de que ellas no pagan y yo pierdo el dinero. en fin... luego ha llegado otra y me ha dicho, textualmente: "ahora me vas a tener que regalar una caja de [...]". y ya está, así de simple es la negociación.

pero bueno, a última hora de la tarde se ha pasado diego, el de la casita de papel que nos trae el café todos los días y nos alegra la mañana a eso de las 11:15, que a partir del lunes vuelve a estar con nosotros (entre la semana de feria y la de resaca... mal rollo cafetero en la botica). al salir de la farmacia me he pasado por casa de juana, que me ha dicho que tenía algo para mí: me ha dado dos tomatacos de esos de huerta que quitan el hipo. pueden pesar más de un kilo entre los dos y son macizos, de esos con sabor... vaya cena con ajitos, sal gorda y aceite de oliva virgen extra (y de postre he preparado crêpes con helado de leche merengada...). he seguido andando hacia casa y he saludado a otra juana que estaba sentada en la acera de su casa tomando el fresco (deporte nacional de los andaluces en verano, salir a la puerta). m ha dicho que si es verdad que me quedo, que si no me voy... se lo he confirmado y me ha dicho: "ay qué alegría que me das... dame un beso ahora mismo y no te vayas más po rahí, que éste es tu sitio".

joe, se ma subío le guapo hasta arriba de vuelta a casa!