la muerte
es un título un tanto macabro, pero es de lo que quiero hablar ahora.
he visto a una mujer y em ha dicho que ya voy a dar pocos viajes para verla porque se va a morir. y me lo decía riendo. se reía de su ocurrencia. le conté que mi abuela se pasó unas 15 o 20 navidades diciendo que ya eran sus últimas navidades... hasta que las del 2007 lo fueron. acertó una vez. se equiovocó muchas (y me alegro de esos errores suyos).
pero la mujer está convencida de que sí, que le queda poco. a pesar de ese convencimiento, se ríe.
¿qué le pasa al ser humano con la muerte? es algo tan inevitable como... como nada. es lo más seguro de todo, que al final moriremos. lo único que pasa es que no sabemos cuándo es ese final. ¿por qué nos da tanto miedo algo para lo que nos preparamos desde que nacemos? bueno, no desde que nacemos. ya lo dijeron en la peli de alex proyas (vaya nombrecito) el cuervo: "la infancia termina en el momento en que sabemos que algún día moriremos" (o algo así).
no puede ser tan mala la vida si nos agarramos con tanta fuerza a ella.
encima, esto me pasa el día en que me han pasado cosas buenas: he intercambiado bastantes correos electrónicos con noemí, he encontrado un cinturón perdido el día de comprarlo, he encontrado arena de una playa de brasil que perdí hace más de dos meses, buenas noticias en lo laboral, decido firmemente pasar un poco más de la política nacional, gano bastante con la bolsa (o, mejor dicho, recupero una buena parte de lo que perdí el año pasado), pierdo peso (1300 gramos, algo es algo, pero no voy a poder cumplir lo prometido en enero de llegar a 106 en junio; voy por 112), vuelvo a retomar la lectura y la música, sale el sol (como la canción de los planetas)... mola.
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