cerrojo
ayer otra boda, que llevo unos años en racha con las bodas, récord incluído en el 2010, con la nada despreciable cantidad de 8 bodas asistidas.
y, como casi siempre, nos vuelven a cerrar el local. menos mal que ayer fue a las 8 y pico de la mañana y nos dejaron volver refrescados (gracias a diego, que usío los periquitos como fuentes de ducha).
no me había dado cuenta yo de eso, pero suelo estar entre los que abren la barra y cierran el local. bueno, será una casualidad.
lo pasas bien cuando ves a gente que, aunque estén cerca, los ves de boda en boda. y ayer, con el lote de bailar que nos dimos... muy bien.
pero también me pongo a pensar en el dineral/negocio que es una boda. te cobran un plus por ser de boda pero, a cambio, no mejoran el servicio. ni las fotos, ni los peinados, ni los trajes ni, por supuesto, la comida... al menos no lo mejoran de forma proporcional. me parecen microtimos o algo así. no sé bien cómo llamarlo.
bueno, mi estado físico general (la tostada con tomate, aceite con ajos y jamoncito serrano bueno en mollete antequerano junto con el colacao con hielo a las 9 de la mañana han conseguido que vuelva a no saber lo que es una resaca, sólo cansancio) me reclama la silla junto a la tele porque, aunque estamos de guardia, con las calores que hace nadie sale de su casa.
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