recuerdos

he salido de trabajar, he hecho deprisa y corriendo la maleta, he hecho un recadillo que em quedaba y he salido hacia sevilla, a ver a inés, que ya iba siendo hora.

es una pasada. más aún, saber que ya son varios tus amigos (de tu edad) que tienen hijos. bueno, será la evolución, digo yo. ya llegará. lo que no termino de entender es el total fin de la vida pasada.

he pasado un buen rato cenando en casa de amigos con esos y otros amigos. eso es bueno.

luego he vuelto en coche a casa. eran las 2 y poco y me ha gustado ver cómo va cambiando la ciudad que conocí hace años. sevilla es diferente. ni mejor ni peor, diferente. he pasado por una zona de marcha y he visto a gente por la calle, con botellas, vasos, sin nada, riendo, cantando, yendo de una casa a un bar, de un restaurante a una disco, de vuelta a casa... paseando.

y me he acordado de cuando yo salía casi todos los fines de semana. no estoy seguro de la veracidad del casi, pero lo dejaré. me gustaba andar por la calle, me parecía que era mi casa, me gustaba la calle mucho, pasear, andar, ir andando o en bici de un sitio a otro, si vas a un bar, te quedas en la puerta, en las terrazas, en el río... pero claro, estamos en unas fechas que la gente que lea esto pensará que qué frío. pero es otra de las magias de sevilla. el termómetro del coche, que no está roto, marcaba 15ºC a las 2 de la mañana.

a veces pienso que, como vivimos en una de la zonas más atrasadas y deprimidas de la europa de segunda velocidad (pongamos a alemania, francia, holanda, dinamarca en la primera y a grecia, irlanda, españa, polonia en una segunda marcha), esta bendición de la vida exterior, del aire libre y del clima es por compensación de lo que tenemos que sufrir.

no estoy del todo seguro de si salimos ganando o no, pero viendo la tasa de suicidios de japón o suecia y la de españa, me parece que sí. en cualquier caso, voy a disfrutar de mi parte buena y me voy a dar un paseíto por la calle. le daré la vuelta a la manzana y pasaré bajo los naranjos.