el cuarto de hora de la envidia

ha sido una de esas cosas que empiezas mosqueándote un poco. luego ya empiezas a pensar en extrañas coincidencias. al rato sospechas incluso de una cámara oculta en la que tú eres la víctima. y, por último, ya no te crees lo que ves.

ha sido una serie de demostraciones del egoísmo de la gente, que sólo piensa en sí misma.

voy con el coche y decido pasarme por el mercadona. no suelo ir, pero el mascarpone en valverde está casi monopolizado.

el caso es que, en la misma calle, un tipo para su coche delante de mí... y se queda ahí un rato buscando algo dentro del coche. lo flipo, yo detrás, parado, y el tipo buscando algo. le pito, hace como que se asusta, mira por el retrovisor, me hace un gesto de que espere con la palma levantada, sigue buscando lo que fuese y, en unos 8-10 segundos, sigue conduciendo.

llego a la puerta del supermercado y veo un aparcamiento. estupendo. me extraña, porque nunca hay sitio, pero me dispongo a aparcar. ya sé por qué está libre: el cabrón de la furgoneta que hay delante ha aparcado como a un metro de la acera y el culo más fuera que el morro (es decir, que ha llegado, ha visto un hueco grande y ha dejado el coche tal y como entraba, sin mirar si deja hueco o no para alguien detrás). es una calle de un solo sentido y con aparcamiento en línea a ambos lados. así que nada, a hacer barbaridades para aparcar. y lo consigo. no se me da mal lo de aparcar... jejeje.

entro en el super y veo a una señora con su carrito, sus 60 años largos y eligiendo unas galletas. no sé por qué, pero se puso a coger paquetes de galletas, colocarlos en otros lineales mezclándolas con otras marcas y tipos y cogió las que quería, pero las del fondo. de modo que, cuando se fue, dejó un hueco en una estantería y después, todas las galletas que rodeaban el agujero, eran las mismas. y la señora se fue, me vio que la miraba, miró el agujero, me ignoró por completo y se fue sonriendo y renqueando.

llego a la caja a pagar y me veo que varias señoras van llegando con 3 cosillas en sus cestos con ruedas y megaasas para no agacharse al arrastrarlo ni llevarlo en peso. sacan las cosas, las ponen en la cinta y dejan el carrito sin meterlo dentro de otro. y así las 5, sólo una metió su carrito dentro de otro. las maris seguían hablando y hablando sobre quién había muerto hoy... o ayer, no recuerdo. y yo me encuentro con que no puedo llegar a la cinta transportadora de la caja por los cestos, apilados 5 cestos en 4 sitios. pero bueno, los aparto para que las señoras vean que los han dejado por medio. no se dan por aludidas y siguen a lo suyo.

efectivamente, se van a ir. y yo iba a colocar los cestos uno dentro de otro mientras me cobraba las 3 cosas. entra otra señora, unos 50 años, busca un carro, no lo ve. busca un cesto, los ve todos. y la mujer coge, ante 5 cestos aparentemente idénticos, el que estaba dentro de otro. creo que es incluso más complicado que coger simplemente el cesto más cercano, no?

así que los apilo, pago, me acuerdo de que he vuelto a no traer bolsa. me alegro de haber cogido sólo 3 cosas (cuando quería una). me voy hacia el coche y, como no hay paso de peatones (ni falta que hace), cruzo por medio de la calle (sí, señor pere navarro, en los pueblos la gente sigue haciendo eso). y viene un coche, por lo que me espero a que pase de largo. el coche pasa de venir a unos 20-30 km/h, velocidad excesiva para esa calle, a circular a menos de 3 km/h a su paso por delante de mí. y, para colmo, el señor y la señora se ponen a escudriñar dentro del supermercado, como si pudiesen encontrar a cualquier persona dentro del mercadona con la mirada de rayos equis que el señor debió concederles cuando nacieron. mecachis!! a mí sólo me dieron el poder de engordar sin esfuerzo!!! ni repararon (a pesar de mi metro escaso de separación del coche) en mi presencia ni en mi cara de estupefacción.

después de eso he deseado no cruzarme con más seres humanos hasta que se me pasase. sé que ha sido una chorrada como un templo... bueno, mejor dicho, una chorrada detrás de otra. pero todos son signos de que la gente es egoísta. pensamos en nosotros mismos, buscamos nuestra felicidad y, si del lugar hacia el que muevo mi mano derecha depende la felicidad de otra persona sin afectarme a mí, no soy capaz de moverla hacia el lado que la persona prefiera. no es que vaya a joder, es simplemente que no me fijo en que un pequeño gesto mío puede molestar o agaradar a los demás, no me cuesta anda, pero no me fijo en hacerlo bien.

pero bueno, luego veo a mis dos hermanas y creo que no, que el ser humano tiene sus fallos y puede ser mejor o peor, pero no todos son malas personas. me vuelve a salir mi rama de la filosofía buenista, como una vez me dijo harry en un comentario.