uno de esos días
hay días en los que no merece la pena levantarse.
primero, a huelva, un follón con sanidad.
volviendo a casa, me llama noemí y me dice que la entrevista de trabajo (sí, existen en estos tiempos) es para un trabajo en el que piden idiomas, experiencia, especialización además de la licenciatura y trabajar algunos sábados extras. parece buena noticia. no, porque el tipo cree que, como no es un puesto definido en el convenio hortofrutícola por el que se rigen, ha pensado en algo de personal de oficina. no sé, me huele a mí a menos de 18000 euros/año. a ver qué pasa. lo que sí es seguro es que le han dicho que el contrato sería... de 3 meses.
llego a casa y no hay luz. la han cortado por una factura impagada del anteror inquilino.
la llamo para decírselo y me dice que acaba de hablar con su padre, que el coche emite un pitido raro al arrancarlo y tiene una luz de alerta en el cuadro de mandos. lo sumamos a los gastos que vienen: itv de moto y furgo más revisión de los 90.000 km del coche y los 15.000 de la moto.
llego a casa, pico tomate, lechuga, cebolleta, añado especias, sal... voy a por el cuscús. no. no hay cuscús en casa. a tomar por culo, ayer comí un bocadillo de salchichón. por la tarde, frío porque no funciona la calefacción ni el brasero ni el calentador de aceite.
en fin... menos mal que ayer terminó. pero es uno de esos días en los que te preguntas por qué te has levantado. por ahora llevo dos: ayer y uno hace años en sevilla.
dos y no más, santo tomás. no es así la frase?
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