dos greguerías y un relato breve
disparaba y me daba. no dolía, mojaba. y yo no moría, reía.
al agonizar, el viejo marino pidió que le acercasen un espejo para ver el mar por última vez.
qué grande eres, ramón gómez de la serna.
cuando despertó, el dinosaurio seguía allí.
desde centroamérica, con todos ustedes, augusto monterrosso.
4 Comments:
Tras leerlo tres veces... sigo sin entender nada...
6:01 da tarde
lo primero, que se me ocurrió al ver llover y andar por la calle bajo la lluvia.
lo segundo, una greguería de ramón j. sender.
para acabar, un libro de augusto monterrosso que es muy breve. brevísimo.
isi
7:39 da tarde
Deberias hacertelo mirar jajajaja
4:13 da tarde
totá, pa qué?
como dicen en mi pueblo: en siendo yo felí...
7:53 da tarde
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